Ante los casos de contagio que se disparan, Marruecos decidió reforzar su arsenal jurídico existente. Por consiguiente, se acaba de establecer una multa de 300 dírhams contra todo ciudadano que no llevaría su mascarilla de protección.
Esta nueva disposición se decretó al objeto de respetar “el estado de emergencia sanitaria y las medidas de precaución a las que se han de ajustar los ciudadanos”. Además de la posibilidad de una pena de prisión de “hasta tres meses contra los (...)
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