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Un buen año agrícola en el horizonte para Marruecos

Lunes 29 de marzo de 2021, por Bladi.es

Las perspectivas son buenas para el sector agrícola marroquí. Con las abundantes lluvias de los últimos tres meses, la campaña agrícola 2020/2021 tiene buena pinta, dice el Ministro de Agricultura.

Al término de una reunión de seguimiento mantenida por el Ministro de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y Aguas y Bosques con altos responsables centrales y regionales sobre la marcha de la actual campaña agrícola, el ministro afirmó que "las importantes y generalizadas lluvias registradas en enero, febrero y marzo han tenido un impacto muy positivo en la marcha de la campaña agrícola", señala Panorapost destacando que estas lluvias han contribuido a la mejora de la cubierta vegetal y al refuerzo de las labores de mantenimiento (control químico de las malas hierbas y abonos nitrogenados), a la mejora de los sistemas de riego y a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la zona.

Con una precipitación media acumulada a nivel nacional de 271,9 mm al 25 de marzo de 2021 (frente a los 286,9 mm de los últimos treinta años, es decir, un ligero descenso del 5%), apoyada en una buena distribución temporal en todo el país, la fruticultura, la poda y la maduración de las especies de cítricos tardías, así como las nuevas plantaciones de árboles se han visto afectadas. No se deja de lado la reserva de agua para uso agrícola. Se trata de 6 740 millones de m³ frente a los 5 850 millones de m³ de la última campaña, es decir, una tasa de llenado del 49% frente al 43% de la campaña anterior en la misma fecha.

La situación actual es mejor, en contraste con el inicio de la campaña agrícola 2020/2021, que estuvo marcada por unas condiciones climáticas difíciles, con una gran falta de agua y una distribución espacio-temporal desfavorable, lo que provocó el retraso en la instalación de los cultivos de otoño. Pero, a partir de la tercera década de noviembre de 2020, el déficit pluviométrico se compensó con el gran retorno de las lluvias, lo que facilitó la aceleración del ritmo de labranza, la siembra y la venta de insumos agrícolas, especialmente de semillas y fertilizantes de fondo.