Los funcionarios de la Seguridad Nacional se dieron cuenta del engaño después de que uno de los acusados presentara su expediente para obtener el documento nacional de identidad. El programa informático no pudo leer los datos que había proporcionado. Durante el interrogatorio, no dudó en dar detalles del hombre que le ayudó a falsificar los documentos por una tarifa de 20 dírhams, informó el diario Al Akhbar.
Tras su detención, el jefe de la policía judicial de Berrechid y sus colaboradores más cercanos, basándose en la información recibida, se dirigieron a Had Soualem y, en coordinación con la gendarmería real local, consiguieron detener al acusado en su cibercafé, donde también tiene una pequeña librería. En el lugar, los policías encontraron un ordenador que probablemente estaba utilizando para sus actos ilícitos.
Los datos sacados del ordenador y los testimonios grabados por la policía le ponen en una situación incómoda. Se enfrenta a graves cargos, sobre todo porque hay pruebas de un intento de falsificación de documentos relacionados con el nuevo CIN.