Para los que le han conocido, Yassir, quien vivía en una habitación de alquiler en Eibar, “era un chico feliz y amable que salió de Marruecos para ganarse una vida mejor y para apoyar a su familia”. Tras su muerte, el procedimiento para repatriar su cuerpo a Tánger, su ciudad natal se ha iniciado. Por desgracia, Yassir no tenía seguro, y su familia, sin recursos financieros, no tiene la capacidad de costear los gastos relacionados con su repatriación. Para ayudar a la familia enlutada a conseguir el dinero necesario, Jaouad, un marroquí de 35 años que vive en Deba desde 2006, lanzó viernes con otros amigos, una colecta de fondos de solidaridad.
Cuatro días tras el lanzamiento de esta iniciativa, se consiguió el dinero requerido. “No somos una asociación o una organización. Somos amigos de Yassir, algunos cercanos y otros lejanos”, declaró Jaouad para quien, el ademán de solidaridad era natural y espontáneo. "Habría hecho lo mismo si se tratara de un desconocido. No había necesidad de que fuera nuestro amigo", añadió.
La iniciativa permitió recaudar más fondos de lo previsto para la repatriación. “Parte del dinero irá a parar en las manos de la familia de Yassir. La otra parte se pondrá en una caja de ahorros para ayudar a las familias que se encontrarían en la misma situación”, subrayó Jaouad que aprovechó la ocasión para saludar la colaboración de la mezquita Tolosa en este proceso de repatriación.
Como Yassir, muchos jóvenes marroquíes, de familias modestas, mueren por las calles.