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España-Marruecos: los entresijos de una fallida cumbre
Domingo 13 de diciembre de 2020, por
A un socio, si es que lo es , por ser indispensable, se le escatima cuando no se está de acuerdo con él. Es más, en las relaciones diplomáticas, es sabido de sobra que el trato con el otro siempre requiere compostura, medida y como no séptimo sentido. La cumbre de alto nivel Rabat-Madrid, que tanto les ocupó a los funcionarios de la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, fracasó por tropiezos indebidos e innecesarios.
La cumbre de Alto nivel prevista para el 17 de noviembre próximo, se ha aplazado oficialmente para febrero por la alteración de la agenda política debido a la crisis sanitaria relacionada por la pandemia del coronavirus, informa EsDiario, para quien las verdaderas razones de la anulación de la cumbre son otras.
Para el medio de comunicación, la ministra de Asuntos exteriores de España, González Laya tendría pleno conocimiento del proyecto entre Estados Unidos y Marruecos sobre el Sahara Marroquí, que culminaría con la normalización de las relaciones bilaterales entre Marruecos e Israel. Sabiéndolo, no le han advertido a Podemos, lobby del Polisario en el seno del gobierno español, que acabará exigiendo un referéndum de autodeterminación sobre el Sahara marroquí.
Como si no fuera mucho, a Marruecos le sentó muy mal el cese repentino de uno de los diplomáticos españoles, Fernando Villalonga, muy apreciado en círculos de la alta administración central marroquí. Según la misma fuente, el diplomático habría sido el enlace clave entre España y Marruecos sobre delicadas cuestiones de profunda diferencia. Marruecos le estima mucho y se le conoce por su tesis proamericana y rechazo del referéndum de autodeterminación. Es más, Rabat tenía ya atado con él el menú de la cumbre del 17.
Cabe recordar que las relaciones entre Marruecos y España son muy complejas, y que la política exterior de España en vez de saberla jugar dada la nueva configuración de las posiciones en el Magreb, Mediterráneo, oriente medio y próximo, por el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara y la normalización de las relaciones diplomáticas con Israel, está dejando írsele de las manos un socio a todo de punto vista estratégico.