España y la UE deben tener en cuenta los intereses de Marruecos

"España y otros países deben trabajar sobre sus conceptos y políticas a la luz de los cambios reales que se están produciendo ante nuestros ojos. Tal vez también deban aprender a respetar de verdad, y no con engaños, a los países con los que habitualmente se han comportado con tanta complacencia", afirma El Ouadie en un artículo de opinión titulado "Marruecos, España y los demás: diferendo regional y cambio geoestratégico", publicado por el diario digital Quid.ma.

Según el autor del artículo, estos países deberían también tener en cuenta los intereses de sus "socios" y comportarse respetuosamente con ellos de igual a igual.

El Ouadie subrayó que España y toda Europa piden a los países del Sur que contengan las oleadas migratorias con el único objetivo de "preservar la cohesión de sus sociedades, la estabilidad de sus países y el bienestar de sus ciudadanos construidos sobre las espaldas de los países colonizados".

"Para evocar la España de hoy, es necesario invocar la España de ayer", recuerda.

“España ha pertenecido y sigue perteneciendo a lo que comúnmente llamamos +Occidente+. Si un artículo de este tipo no es suficiente para comprender el concepto en su totalidad, sus representaciones así como sus mutaciones históricas, contentémonos con recordar que incluye a los países de Europa Occidental (y parcialmente a los de Europa Oriental), además de Estados Unidos y sus aliados de Asia y Australia", señala.

En esta línea, el autor señala que "la evocación de estas evidencias históricas tiene por objetivo ayudarnos a comprender mejor otra faceta de las políticas actualizadas y recicladas de Occidente: la política migratoria”.

"Si España y los otros han reaccionado con tanta acritud, es porque ya no perciben hoy a Marruecos como un aliado dócil y resignado, sino como una potencia económica emergente en África, que compite con ellos en un espacio considerado como un coto y un botín de guerra guardado exactamente igual que se guardan los bienes raíces, siguiendo el ejemplo de las dos ciudades cautivas Ceuta y Melilla", añadió.