Unos estudiantes marroquíes que huyen de la depresión regresan a casa

"Estaba solo en un pequeño apartamento de 20 m², me asfixiaba, no podía soportarlo más, me quebraba... Llamé a mi madre y le dije que volvía a Marruecos", cuenta a H24info Zaina, estudiante en master 1 en una escuela de negocios de Rouen. Desde hace unos dos meses, ha estado estudiando a distancia de la casa de sus padres en Beni Mellal. Mi padre tenía miedo de que me quedara atrapada si se cerraban las fronteras", dice. Si me quedo atascado, no quiero estar más solo.

Zaina ha tenido una experiencia de aislamiento causada por los estudios en línea que ha sido difícil para ella. "Pesaba mucho en su psique. Soy muy activa, así que encontrarme sin interacción social, sin salir, sin deportes, no fue nada fácil", añade. Admite no haber tomado un boleto de regreso. "Si se reanudan las clases presenciales, volveré a Francia, si no me quedaré aquí todo el tiempo que pueda", añade.

Zaina no es un caso aislado. Maroua y Abir, ambos matriculados en una escuela de negocios en Grenoble, también regresaron a Marruecos "a causa de la depresión". "Nos sentíamos deprimidos con los cursos a distancia y el encierro. Encontrar a los compañeros de clase se había vuelto casi imposible", dice Abir. "Quedarse en su apartamento todo el día es un poco deprimente. Solíamos tener llamadas de grupo para motivarnos, pero era complicado. Nuestra escuela nos ayudó a manejar el estrés organizando conferencias con entrenadores, trabajo en grupo... eso es lo que nos ayudó a superar la depresión", dice Maroua.

"Algunos de nuestros compañeros volvieron en noviembre; queríamos ser pacientes, también teníamos miedo de que cerraran las fronteras, así que volvimos en Navidad y planeamos salir de nuevo a finales de enero. Nos dicen que volveremos a la escuela el 8 de febrero, pero nada es seguro", dice su amiga.