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Dos jubilados franceses atrapados en Marruecos tienen el sentimiento de ser abandonados
Sábado 9 de mayo de 2020, por
Desde hace más de un mes, Christian y Bernadette Garroui esperan volver a Laval (en Mayenne). Pero es una misión casi imposible, si nos atenemos a las medidas preventivas de lucha contra el coronavirus decretadas por las autoridades marroquíes. Es una tradición para la pareja pasar cada año, tres meses de vacaciones en Marruecos.
Van a Marruecos muy a menudo a bordo de su casa rodante, para disfrutar de los paisajes y otras riquezas turísticas que podría ofrecerles Marruecos. Al decidir en 2020 de sus vacaciones en Marruecos, esta pareja no se imaginaba que volver a su país será una pesadilla. Al igual que muchos veraneantes de casas rodantes, estuvieron sorprendidos del cierre de las fronteras, suspensión de la navegación marítima, explica el jubilado de Laval, que observa que son cerca de “2 500 personas atrapadas”.
Según el diario Sud-Ouest, Christian y Bernadette Garroui llegaron a reservar sus billetes, para ir a Sete, en el sur de Francia. “Un gasto extra de 667 euros”, lamenta Christian Garroui, el jubilado de 79 años. A la espera de su vuelta al país, la pareja se fue a Marrakech y pudo tener un sitio en un campamento. “Las condiciones de vida son buenas. Solo podemos salir para comprar alimentos e ir a la farmacia o al banco. Pero una autorización es necesaria, al igual que llevar la mascarilla. Nos han prohibido salir de la ciudad”, declara la pareja de jubilados.
Lamentan el silencio del consulado que, según sus palabras, no comunica mucho para asegurar respecto de las disposiciones tomadas para satisfacerles. Según el diario, la mayoría de los turistas atrapados en este campamento tienen entre 70 y 80 años. “Una población mayor sin seguimiento médico y expuesta a un calor tan fuerte” resume Christian Garroui, muy perturbado por la situación.