Miles de marroquíes en la miseria tras el cierre de Melilla y Ceuta

El sector sumergido marroquí está en plena crisis sin precedente. El mítico mercado de Derb Ghalef en Casablanca, donde se surte uno en productos de contrabando está desierto desde hace varios meses. Los comerciantes de este gran mercado del reino están con crujido de dientes. Si con el agotamiento de los stocks, algunos comerciantes de productos electrónicos y electrodomésticos practican la venta de productos alimenticios locales, otros han tenido que cerrar sus almacén, afirma Maroc Hebdo, al indicar que la miseria reina con la crisis de la Covid-19 que ha empeorado la situación económica.

El director general de la administración de las aduanas, Nabil Lakhder, en cambio, se alegra más bien por esta situación, a pesar de que no está indiferente al calvario de las “porteadoras”, ahora sin fuente de ingresos. “Hace falta saber que un empleo en el contrabando destruye una decena de empleos en la economía regular”, subrayó. Pero, por ahora, son miles de familias que sufren, a la espera de la puesta en marcha efectiva de la decisión del Estado, respecto de la reorientación hacia el sector regular.

La nueva zona industrial de Tánger prometida todavía no se ha dado, observa la misma fuente, al añadir que la pobreza cada día va a más. Con el temor de un disparo de la criminalidad en el país. La miseria que produce el cierre de las fronteras puede llevar a una situación incontrolable, si no se hace nada para atajarla, advierte la misma fuente.