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Rabat: por mal gobierno, el ministerio del Interior se niega a validar el presupuesto anual de la ciudad

Sábado 17 de octubre de 2020, por Bladi.es

Por falta de un inventario de su patrimonio inmobiliario, chalet que se alquilan a 55 dírhams y comerciantes que subcontratan comercios del ayuntamiento a terceros... Tantos actos de mal gobierno que se le reprocha al Consejo de la Ciudad de Rabat, dirigido por el PJD. A consecuencia, el ministerio del Interior se niega a aprobar los presupuestos de la alcaldía.

Según el diario Assabah, los actos de mal gobierno se acumulan en el ayuntamiento de Rabat, dirigido por el PJD, que sin embargo prometió luchar contra la corrupción y la renta: incapacidad en la coordinación de los servicios competentes en materia del control de los alquileres, inexistencia de un inventario de los bienes inmobiliarios, cobro no efectivo de las cantidades debidas a favor de los municipios, que están en situación de desajuste presupuestario. Subraya el mismo diario que ni la wilaya de Rabat, tampoco el departamento del Interior, y los representantes locales pudieron acabar con esto.

La prueba es que el alcalde de Rabat no pudo facilitarle al consejero de la Federación de la izquierda democrática (FGD), Omar El Hayani, en 2019, el inventario de bienes inmobiliario de todos los municipios de la capital. Tampoco pudo informar sobre los activos de la ciudad.

El Consejo de la ciudad no pudo solucionar el escándalo de los chalets ubicados en Agdal y alquilados a 55 dírhams la unidad, afirma Omar El Hayani, que no entiendo la negativa del alcalde de Rabat para responder a las preguntas de la FGD, especialmente, las que van relacionadas con las irregularidades que su partido apuntó, pretextando este la falta de tiempo para preparar la lista de los inquilinos de los 1000 comercios pertenecientes al Consejo de la ciudad y alquilados a precios módicos, que van de 250 a 580 dírhams. Algunos se encuentran en barrios lujosos como el mercado central, que se encuentra en el boulevard Mohamed V, el campus Al Irfane o el mercado central de Agdal, indica el representante local.

Lo peor es que los comerciantes que ya sacan enormes réditos, subalquilan los comercios del ayuntamiento a terceros, e incluso llegan a vender, en algunos casos, los umbrales de acceso.

Es alucinante que con la era de la comunicación digital, el ayuntamiento no dispone de una portada electrónica que permite a los ciudadanos tener informaciones sobre los procedimientos administrativos relacionados con el Consejo de la ciudad, subraya el consejero de la FGD.