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Ramadán sin sabor para los norteafricanos
Domingo 10 de mayo de 2020, por
El Magreb tiene un Ramadán nunca visto antes este año. La pandemia del Covid-19 ha puesto todo en duda. La prohibición de las oraciones, tardes y comidas en comunidad ha quitado todo el sabor y el fervor que caracterizaba al Ramadán.
Los norteafricanos se frustran al pasar un Ramadán en sobriedad y sin sabor. Son muchos argelinos, marroquíes y tunecinos a los que se les privará de los iftars, oraciones, fiestas y paseos nocturnos del Ramadán este año. Maïssa, una maestra argelina de 46 años, lamenta que el coronavirus haya hecho insípido el mes santo este año. Muchos musulmanes de Túnez, Rabat, Argel y Casablanca lamentan igualmente la ausencia de largos eventos musicales en los barrios populares, informa la AFP.
Las medidas preventivas adoptadas por los distintos estados han obligado a cerrar muchos espacios comerciales, lo que ha dificultado el suministro de diversos productos de alimentación a los ciudadanos. Los productos habitualmente consumidos durante el Ramadán están ausentes de los platos este año debido al confinamiento, excepto los que se cocinan en casa. En Marruecos, al comienzo del Ramadán, a pesar del toque de queda introducido para evitar las salidas nocturnas, algunas personas se aventuran "no lejos de la casa, a fumar un cigarrillo por la noche", dijo un joven de un barrio popular de Salé, cerca de Rabat. "No más cafés, no más fieles en las mezquitas... Es algo inusual", dice.
Fekhreddine Zerrouki, presidente de una organización benéfica, lamenta que su asociación no haya podido montar su tienda, como en el pasado, para servir comidas a los pobres. "Entregamos el iftar a sus hogares aunque el número de beneficiarios es muy reducido en comparación con el número de personas necesitadas", dijo Samir, voluntario de la Sociedad de la Media Luna Roja Argelina.