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El sufrimiento de los artesanos tradicionales marroquíes
Jueves 11 de junio de 2020, por
En el centro de artesanía Oulja, situado en Salé, cerca de Rabat, los artesanos esperan desesperadamente que los clientes vengan a comprar sus alfarerías, cesterías y muebles de hierro forjado. La crisis sanitaria del covid-19 afectó duramente al sector artesanal marroquí.
"El coronavirus es el KO final: sin ayuda, sin apoyo, nuestro comercio desaparecerá", se lamenta Youssef Rghalmi, un alfarero de 49 años. Lo mismo dice Mohamed Touel, un maestro artesano de los guebs - yeso esculpido utilizado para la decoración, informa AFP. "Ya estábamos luchando para sobrevivir porque los estilos de vida cambiaron, los oficios tradicionales se están perdiendo porque los jóvenes no quieren aprenderlos y ese es el KO final", añade.
Con el confinamiento obligatorio, hay más turistas extranjeros entre los artesanos. En cuanto a la clientela local, "tienen otras prioridades que comprar alfombras", dice Ahmed Driouch en su tienda departamental, que está repleta de lámparas de cobre, cerámicas, dagas, joyas, cofres de marquetería y alfombras. "Afectado en un 200% por el impacto del virus, dice que tardará "al menos dos o tres años en volver a la normalidad".
La treintena de mujeres que tejen alfombras para la pequeña cooperativa "La femme créatrice" de Salé se encuentran en el mismo barco. Trabajan ocho horas al día para menos de 100 euros al mes "cuando se venden las alfombras" y "no les queda nada, porque no hubo ni una sola venta en tres meses", explica Nabati.
"Deberíamos vender en Internet, pero no sabemos cómo hacerlo", lamenta esta madre que aprendió sola a leer y escribir. "Hace unos años se lanzó una plataforma digital para los artesanos, pero no funciona", dice el maestro yesero Mohamed Touel.