Declarado muerto, un hombre marroquí regresa a casa el día de su funeral

La historia surgió cuando la víctima, de unos cincuenta años, salió de su casa para tomar un café en el vecindario. Una llamada anónima anunció los minutos después de que él se enfermó, invitando a su hijo a unirse a su padre en la sala de emergencias del hospital provincial. Cuando fue al hospital, los médicos de emergencia le dijeron que su padre fue admitido en cuidados intensivos para el tratamiento del coronavirus. A pesar de sus explicaciones para convencer a la profesión médica de que su padre sufría problemas respiratorios y que incluso debería ser operado en el Hospital Universitario de Uchda el próximo mes de abril, nada se pudo hacer.

En el acto, los enfermeros le dijeron que la decisión había sido tomada por un colegio de médicos. Ni siquiera los certificados médicos que confirmaban que su padre sufría una enfermedad respiratoria disuadieron al personal médico que admitió al paciente en el pabellón dedicado a la Covid-19.

Después de ver a su padre en el hospital en una silla de ruedas, se le dijo un cuarto de hora más tarde que murió, con la defensa de verle como medida de precaución. Los médicos invitaron al joven a regresar al día siguiente para recoger su cuerpo.

Al volver a casa y mientras se preparaba con su familia y amigos para organizar el funeral de su padre, apareció no muy lejos de la casa. Según Assabah, estaba muy débil y hambriento y apenas podía decir unas palabras. Según él, los médicos le dejaron en una habitación antes de que otra le descubriera y le invitara a casa.