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Figuig: cómo comprender la crisis entre Marruecos y Argelia

Domingo 21 de marzo de 2021, por Bladi.es

El ultimátum dado a los agricultores y dueños privados marroquíes para abandonar los campos de palmeras datileras ubicadas en la localidad de El Arja, provincia de Figuig, cerca de la frontera entre Marruecos y Argelia, venció el pasado jueves 18 de marzo de 2021. Esta decisión recuerda las recuperaciones de tierras en los años 70, especialmente las de Ksar Zenaga.

“Estas tierras pertenecen a las tribus de Ksar Ouled Slimane. Tienen documentos que datan de 1930. Aquí, heredamos un error de Francia sobre las fronteras entre Marruecos y Argelia. Muchas familias invirtieron todas sus vidas allá. ¡Es escandaloso!”, declaró al diario Le Courrier del Atlas, el miembro fundador de la Federación de asociaciones de Figuig en Francia y también presidente de la asociación Hassaniya para la Cultura y el Desarrollo, Mostafa Serhir, muy conmovido por el carácter repentino de la decisión.

Mostafa Serhir revela la génesis de los problemas de tierras entre Marruecos y Argelia. “Al comienzo, la ‘verdadera’ frontera seguía la demarcación de la línea de ferrocarriles entre Béchar, Beni Ounif y Figuig”, explica. Pero, en 1962, Francia procedió a un trueque. Luego, las fronteras fueron definidas por las montañas. Y poco a poco, crearon una zona de amortiguación entre los montes y el oued y entre los dos países. Era difícil distinguir quien era marroquí o argelino. Hasta hoy en día, siempre hay marroquíes que viven en Argelia y viceversa”.

En 1972, Marruecos y Argelia firman finalmente una convención relativa a la demarcación de las fronteras según la cual se precisó claramente que la frontera se ubica entre los territorios de los dos países, especialmente del “oued sin nombre”. “Esta zona está a 4 kilómetros de Figuig. Al Sur de esta región, la frontera está determinada por la cumbre de las montañas entre Beni Ounif y Figuig. Al Norte de Figuig, la demarcación es el oued Al Arja. Cada borde del oued pertenece a un país. Históricamente, estas tierras pertenecen a los antepasados de los habitantes de Figuig”, explica Mohammed Jebbouri, un habitante de Figuig y presidente de la asociación AFAQ.

Muy pronto, la demarcación de las fronteras se ha convertido en una fuente de confusión. Después del acuerdo, los argelinos recuperaron tierras a proximidad de Ksar Zenaga y Ksar Loudaghir. En la actualidad, los agricultores marroquíes se enfrentan con la misma situación. “Eso ya ocurrió por el pasado”, indica Mohammed Jebbouri. “Los dueños nunca fueron remunerados. Por aquel entonces, fue en reacción contra la Marcha Verde. Hoy en día, pagamos por las tensiones en El Guergarat”.

Según Mostafa Serhir, Francia tiene su parte de responsabilidades en la situación. “No debe desistir. Hace falta una mesa a tres para resolver este problema. Nuestra situación podría asemejarse a lo que ocurre en Mali, Túnez… Mientras no haya una demarcación clara de las fronteras, no habrá paz verdadera”, advierte.