Mohamed VI o el arte de modernizar el Islam y de islamizar la modernidad

El modelo de gobierno marroquí, uno de los más originales del mundo, se basa en la existencia de un régimen monárquico. Tras suceder a su difunto padre Hassan II, el Rey Mohamed VI hizo una doble elección: modernizar el Islam e islamizar la modernidad contando con el apoyo de la comandancia de los creyentes. Ya temprano el soberano "intuyó que, ante el peligro extremo del islamismo radical, este concepto, así como el rito malekita en el que están de acuerdo los marroquíes, no debía permanecer inmóvil, y que una política de prevención-represión basada puramente en la seguridad no podía en modo alguno ser suficiente", analiza Jeune Afrique.

La posición geográfica de Marruecos como puerta de entrada a Europa, que presenta tanto una ventaja como un peligro (extremismo), también motiva esta doble elección. La terapia de choque es todo lo que hay: atención y educación continua para los imanes, ulemas y "mourchidates", reestructuración de la educación religiosa, creación de un Instituto de Formación y una Fundación de Ulemas Africanos centrada en la difusión del Malikismo al sur del Sahara.

Con el tiempo, estas atrevidas opciones han resultado sus frutos. La policía marroquí desmantela una nueva célula terrorista casi cada mes. "Esta yihad ilustrada para un Islam dinámico e innovador sigue estando más que nunca en la agenda para evitar un cambio a un Islam de ruptura y radicalismo", resume el semanal panafricano.